En la mitad de los noventa hicieron su aparición triunfal. Son las bebidas energéticas e inteligentes. Hoy, nuevamente comienzan a verse en los estantes de los supermercados con su efervescente y gaseosa combinación de hierbas y aminoácidos espectaculares.
Llevas 48 horas sin dormir, pero mañana tienes que trabajar, te sale una rumbita pero no has descansado.
Pues no te preocupes, porque gracias a una combinación enlatada, inteligente y gaseosa, podras convertirte en Superman o Batichica.
Una variedad de latas de todos los tamaños y colores, ofrecen estados de animo, humor, libido, energía, concentración, y hasta amor comprimido en lata.
Son cócteles que han trascendido para asentarse con seguridad en la vida cotidiana. Muchos son los que han sucumbido a la promesa de energía y vitalidad gaseosa.
Compuestas de vitaminas, aminoácidos y extractos de plantas tropicales como la taurina y el guaraná, componen sus tablas nutricionales.
La suspicacia en torno a un posible efecto adictivo de estas bebidas sigue latente a la par de su popularidad.
La oferta se basa en prometer algo más que simplemente quitar la sed, como hacen muchas de las bebidas tradicionales.
El comprador de estos productos tiene la conciencia de su salud, es activo y está a favor de aprovechar al máximo los niveles de energía de su vida.
No dan resaca (alcohol), no te agotan después de una euforia momentánea (café), y no destruyen los pulmones (cigarrillo).
Las bebidas hidrantes han regresado, ¿ para quedarse?...
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