El pasajero

Yenifer, en medio de un ataque de rabia, salio de  su casa, de madrugada, muy molesta con su familia. No se despidió, monto en su Explorer, puso una gaita a todo volumen y apretó la chola. Pronto se vio sola en una carretera rural.

A medida que avanzaba, la sangre se le helaba, se me aparecerá un fantasma, pensó. Para empeorar la escena, la lucesita de la gasolina parpadeaba. Yenifer estaba en medio de la nada. Entro en pánico, apago el aire del carro y subió aun mas el volumen. Mentalmente le rezaba a la virgen de la Chiquinquira.

En eso, a un lado de la carretera, vio un ranchito con un letrero medio iluminado que decía "si hay gasolina". Sin pensarlo dos veces se desvió y paro frente a la vivienda, toco la corneta. A su encuentro salio un viejo desgarbado, sin mediar palabra destapo un pipote, le metió una punta de manguera, succiono con la boca y luego introdujo la otra punta en la boca del tanque de gasolina.

Mientras entraba la gasolina, el viejo quiso decirle algo, daba la impresión de estar muy alterado. Yenifer, aun muerta de miedo, se hizo la loca, el viejo era gago y no le entendía nada, sobre todo por el volumen de la música. Vio que tenia suficiente gasolina, por una rendija del vidrio tiro un billete de 100 BsF., nuevamente apretó la chola.

Solamente las estrellas escucharon al viejo cuando por fin se le destapo la voz. Soltó un grito: !!! TIENES UN TIPO ESCONDIDO EN EL ASIENTO DE ATRÁS !!!...