Cada vez le presto menos atención a lo que me rodea, importa solo lo que invade mi mente, pensamientos, deseos, angustias. Me sumerjo en ese coro que forma una melodía ilógica y desquiciada.
Súbitamente presto atención, escucho, no me quiero perder de nada. He detectado algo que puede ser interesante. Observo, grupo que ha pasado una velada agradable, bebiendo, comiendo, charlando. Cosas menudas. Han reído tanto que sus estómagos duelen.
Ninguno se da cuenta de lo cerca que estoy, acechando, escogiendo al mejor candidato. Ya no es el mismo grupo, unos se han ido y otros nuevos se han unido. Total, la diversión es la misma, eso es lo que importa. Pienso que nadie va a extrañar a uno de ellos.
El grupo de amigos se va disolviendo, ya he decidido a quien escoger. Repentinamente se voltea y se queda mirándome fijamente, sin competidores por favor, son míos. Doy media un paso atrás y me voy.
Uff, volver a comenzar, la gracia de esto esta en la cacería...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, regresa nuevamente, saludos...