Superbeato

No podía ocurrir pero estaba sucediendo. Me han traicionado. La policía, habían salido para atraparme. No, no, nunca. A mi no, no es justo. Todo esta mal. Debe tratarse de algún error.

Esta increíble pesadilla seguirá su camino y sera como si jamas hubiera pasado. Ahora se estaban acercando mas y estaban cerrando el lazo, era como un pobre perro acorralado. ¿Acaso no saben quien soy? No soy un criminal, no soy como esos, soy "SUPERBEATO" héroe nacional, padre de dos niños y esposo de una hermosa mujer, con amigos por todas partes y casa propia.

A unos metros de distancia descubrió un objeto pegado a un rostro despiadado. Un megáfono. Imagino lo que pronto iba a escuchar. Una atronadora voz rompió el insostenible silencio.

-Estas rodeado- !Levante las manos y salga con ellas en alto!

¿Hacerme esto... a mi... súbdito americano? !Noooo, jamas!

Enloquecido, "SUPERBEATO" sin apuntar, empezó a disparar a diestro y siniestro, cargando de nuevo el arma, disparando a todas partes para decirles quien era, para ordenarles que se fueran, que le dejaran en paz, pero ninguno de los policías que le acechaban se habían marchado, por el contrario, contestaron a los disparos apuntando al suelo.

"SUPERBEATO" busco las dos ultimas balas que le quedaban, cargo apresuradamente el arma pensando en lo extraño que le parecía aquel silencio que lo embargaba repentinamente, al instante, comprendió lo que estaba ocurriendo.

Efectuó otro disparo al azar, comprobó que no tenia mas balas, soltó el arma, no le disparaban, se dio cuenta que lo querían atrapar vivo. Se imaginaba en las primeras planas de los periódicos, en los noticieros de la televisión, ya se veía condenado por los tribunales.

La voz del megáfono trono nuevamente. -No tiene ninguna posibilidad- !Entréguese!

No, no, no puedo hacer eso. El enloquecedor megáfono resonaba en su oído. -Le quedan cinco segundos- !Iremos a apresarle! NO. El megáfono. -Uno... Dos... Tres...- No, nunca. -Cinco-

Vio borrosamente la linea de uniformes catapultándose hacia él, acercándose, avanzando como si fuera un delincuente, disponiéndose a aplastarle y apresarle.

Se despidió de su esposa e hijos, los quiero... los quieroooo..

Se introdujo el cañón del arma en la boca, cerro los ojos, apoyo el pulgar en el gatillo...