Alex comprendió lo que estaba ocurriendo. Era un sentimiento que acababa de descubrir. Bueno, en realidad dos sentimientos, resentimiento y autocompasión.
Alex es un león suave, tímido, tranquilo y exento de envidia y celos. A eso debía su popularidad en el zoológico de Central Park. El apodo de El rey de Nueva York lo tiene confundido. El resentimiento esta en su interior como una ulcera flotante. Estaba resentido, no contra alguien o algo, es contra la forma de vida que tiene que lo había estigmatizado.
Ahí están Marty la cebra, el mejor amigo que se puede tener. Melman la jirafa, que a causa de su anterior estancia en el Zoológico del Bronx cree que él es un hombre de verdad. Toma bastantes medicamentos por que lo hacen sentirse protegido. Gloria la hipopótamo, que nació en el mismo Central Park Zoo, es la mediadora y la cuidadora de todo el grupo.
Son libres, independientes y pueden permitirse el lujo de tener libre albedrío. Alguna fuerza cósmica les ha facilitado los medios y el derecho a disfrutar de los placeres mundanos. Mientras yo, Alex el león, limitado junto a una minoría donde tenemos un máximo de complacencia hedonista. Todo esto constituía una terrible iniquidad, una injusticia.
El dolor dominante que experimentaba era debido a la autocompasión...
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