Este proyecto nació por una mujer y se ha mantenido en el tiempo por el bendito milagro de seguir conociendo a otras. Así que dedico este blog a la creación más bella. Las mujeres. Por ustedes el arte, la música, las guerras, las penas, las glorias... "Y el cómic"

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21 may 2015

Doméstico Man

A Doméstico Man le quedaba un mes de vida. Tenía el orgullo de ser poseedor de una de las enfermedades más extrañas y fulminantes del mundo. Los médicos le habían desahuciado y abandonado a su suerte. Sólo le quedaba rezar.


Un día le propusieron, como única salida para engañar a la muerte, congelarlo. Le despertarían cuando la ciencia tuviera una respuesta a su extrema dolencia. Y así sucedió, pasaron muchos años y Doméstico Man fue reanimado de su letargo. 

Cuando estuvo lo suficientemente despierto, preguntó si ya estaba curado. Unos científicos de batas blancas, le comunicaron que a pesar de haber pasado años aún la ciencia no tenía respuesta. Lo habían despertado para pasarlo a otra cámara congeladora moderna, con una autonomía propia para otro montón de años. 

Antes de pasar al letargo, pudo ver las maravillas de aquel mundo futuro y no comprendió como aún no habían encontrado la solución a su enfermedad, en una civilización que prácticamente había terminado con todos los sufrimientos que atormentan al ser humano. Una vez más fue animado a dormir en una confortable cápsula en donde pasaría no se sabe cuanto tiempo.

Un día volvió de nuevo a la vida, abrió los ojos y se encontró una braza de madera a medio quemar al lado de unas pieles de animales que le rodeaban. Un fuego situado junto a él le daba un calor reconfortante. Intentó levantarse pero no pudo, sus piernas aún estaban medio dormidas.

Se percató de la presencia de un hombre sentado junto a la hoguera, tenía un extraño tocado de plumas en la cabeza. Le dijo que era el chaman de la tribu, que habían encontrado su cápsula y otras más, pero que el único cuerpo con vida era el suyo.

El mundo había sufrido un cataclismo cuando una estrella del cielo cayó a la Tierra. Había pasado un bojote de años dormido y ahora volvía al principio. Moriría en un mes, no tenía salvación. 

Explicó sus dolencias a aquel hombre arrugado y con plumas en la cabeza. Este asintió con la cabeza, se levantó y volvió al rato. Le hizo beber un grumoso y repugnante brebaje elaborado a base de hierbas del bosque y le dijo, "¡Ya está!"... 

¿Ya está?... Pensó Doméstico Man para sus adentros. El mes que viene moriré. 

Y llegó el mes que viene y dijo lo mismo "el mes que viene moriré"...

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