Charlie esta harto de su compañero. Snoopy. Él se a vuelto el protagonista central en su mundo. Sus amigos humanos, son seres incautos, casi tontos, ingenuos de la astucia de Snoopy y desconocedores de la trama verdadera que este esta desarrollando.
Snoopy representa la autoridad, la fiabilidad, la amistad y, sobre todo, la fidelidad. Por esta razón, Charlie, carente de símbolos de la independencia e imprevisibilidad de todo cuanto le rodea en el mundo real de los humanos, se ha podido dar cuenta que los valores representados de fidelidad-infidelidad se mantiene ambiguos en él, pero el protagonismo, el cuasi monopolio simpático le pertenece a Snoopy.
Snoopy, perro guardián, tiene el poder legal e incontestable. Charlie, trata de tomar el gobierno y las fuerzas contrarias a ese orden. Charlie ha entendido que el poder necesita ejercitar un permanente travestismo, ya que su fuerza radica siempre en su invisibilidad. Charlie, al recurrir a la diversión ridícula de su persona, ha neutralizado cualquier posible crítica convirtiendo un posible drama real en una indudable comedia personal.
El mundo de Charlie Brown se lava las manos y justifica cualquier dolor, cualquier injusticia, cualquier realidad mediocre o realidad opresiva por la existencia de un perro que juega a ser dios...
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