
El Eje fue un salón de desconfianza a tres bandas. Hitler, Mussolini y Franco. El trío quería dominar Europa y perpetuarse en el trono con poder absoluto.
Para ello, se necesitaban. Pero, al tiempo que se enviaban telegramas de felicitación y agradecimiento, se colaban espías por el patio trasero que realizaban informes sobre las mutuas debilidades y en cuanto se daban la vuelta se criticaban como porteras...