Mientras subían a su dormitorio, cogidos por la cintura, Oliva, furiosa, iba pensando que ella no podría respetar a un hombre que no tuviera una gran vocación. Que sintiera apasionadamente su profesión y la desempeñara con una entrega absoluta.
Estaba metida de lleno en una paradoja.
Ella, que tenia un instinto de dominio muy desarrollado, busco como no buscara nada en la vida, a un hombre del que nunca podría ser dueña absoluta.
Utilizando todas sus artes no había logrado sino construirse su propia cárcel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, regresa nuevamente, saludos...