Caigo sin cuerdas de lo más alto hasta un trampolín de goma. La casa se lleno de algodón y ahora no necesito nada de lo que sucede por debajo de mis rodillas.
Dentro o fuera del sueño, es lo mismo. Soñar despierto es la regla. El espacio dejo de ser un problema de gravedad.
En realidad, las cosas caen al suelo de "motu propio" y no por básicas arbitrariedades de la física.
Se los aseguro...
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