El gato Félix, después de
almorzar, partió su galleta. No había nada adentro. Ningún papel, ningún
presagio.
Una mueca de miedo se reflejo en
su semblante, como si la galleta vacía significase en realidad que no tenía
futuro. Una tonta superstición. No pudo reprimir una súbita ansiedad.
Rápidamente tomo otra galleta.
Pensó que el hecho de que este vacía no quiere decir que no tenga
oportunidades.
Partió la segunda galleta, leyó
el papel, “conseguirás fama y fortuna”. Rió para sí mismo.
Tomo la tercera y
última galleta. “Vivirás bien con pequeños placeres, libros, música, arte”.
El gato Félix se dio cuenta que
las dos predicciones eran contradictorias, estas se anulaban recíprocamente.
Todo confirmaba el ominoso
significado de la galleta vacía…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, regresa nuevamente, saludos...