Ahora más que nunca, la chicas se olvidan del pudor de sus abuelas y convierten el sagrado y convencional monte de venus en obras de arte.
Así como los pies, manos y demás partes de la anatomía femenina requieren dedicación, esmero y cuidado para resaltar la innata belleza de este genero, la crucial zona de la entrepierna, no se puede quedar atrás.
Duchas, baños de crema, cortes y hasta decoloraciones y tintes son algunas de las posibilidades que las más preocupadas por este deseado triangulo son capaces de hacer.
Parece ser una verdad unánime. El bello corporal es feo. Lo que manda es la estética del lampiño. Tal como se viene al mundo.
Pero más allá del minimalismo, la simplicidad y la higiene que puede representar un monte de venus peladito es indudable. Hay quienes prefieren aplicar la creatividad a la hora de afeitar su parte más intima.
Las formas del despojo varían de acuerdo a la técnica empleada, aunque la hojilla, la cera y las cremas son las reinas al momento de proceder.
Otros métodos más profesionales emplean también el skin definitivo, la electrolisis. Y muchas, por estos días, el tatuaje.
Ahora todos quieren ser ququicuristas para esculpir sus figuritas...
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