Donald es el eterno enemigo del trabajo y vive en función del familiar poderoso (Rico Mc Pato). Pero siendo el tío que ejerce la autoridad ante sus sobrinos (Hugo, Paco y Luis), su poder se vuelve arbitrario.
La autoridad del tío Donald, al no ser conferida por el padre (los sobrinos tampoco son hijos del hermano o hermana, inexistentes), al nacer simplemente de facto, pierde toda justificación.
Es una relación contractual que toma la apariencia de una relación natural, una tiranía que no asume siquiera la responsabilidad del engendramiento.
Se ha sepultado incluso a la naturaleza como causa de rebeldía. (A un tío no se le puede decir: Eres un mal padre).
Dentro de este perímetro, nadie ama a nadie, jamás hay una acción de cariño o lealtad hacia el otro. En cada sufrimiento, se está solo, no hay una mano solidaria o un gesto desinteresado.
Como máximo, se suscita la caridad o el sentimiento de lástima, lo que es ni más ni menos que la visión del otro como un lisiado, un paralítico, un viejo, un inerme, un desfavorecido al cual hay que ayudar.
Sin embargo, Hugo, Paco y Luis aprovechan el “fondo natural” de niños-sobrinos con elementos que le sirven para inocentar el mundo de los adultos y mitificar el mundo de la niñez, la que usan como disculpa para ridiculizar a su tío Donald y aprovecharse de su marcada ignorancia.
En conclusión, Donald, es el peor enemigo de la colaboración natural entre padres e hijos...
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