Todas para una y una para todas. La virgen siempre es la misma. Con gorra o sin ella, con niño o sin él. Con corona como reina de belleza o con el cabello suelto.
La imagen divina corresponde en todos los casos a la "Madre de Dios". Las diferentes advocaciones que se le han adjudicado a través de la historia corresponden a una arbitrariedad cultural de los diferentes pueblos, regiones y zonas del planeta.
Igualito les prendemos la vela hasta a las que no salen en la plegaria en forma de culto...
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