Las mujeres tienen armas naturales para hacer cumplir sus deseos y ya dejan a mas de uno envenenado y apuñalado tan solo con el olor de su cabello y la textura de su piel.
Pero, si a eso se le agrega una pistola, sangre fría y la ambición determinada de tener dinero y poder el resultado puede ser una godzilla engorilada con el look de un ángel y el sabor de la miel.
En esta sociedad totalmente perruna como en la que vivimos, las chicas de la tribu han despertado, y con pericia, sus instintos los ponen en practica cuando su poderoso arsenal de encantos seductores falla. Este es el suelo que pisamos.
La civilización ha unificado a los sexos sin potenciar las necesarias diferencias y ha consagrado la violencia y la agresividad con altos grados de rentabilidad.
Aunque no todo esta perdido, y ellas sigan siendo la parte mas dulce de esta agria realidad...
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