Una herida hecha por la persona que amas duele mas que una estaca en el corazón. No he querido verla y aunque me muero de ganas, el orgullo y el dolor no me lo permiten. Quizás con el olvido la busque pero de momento me abstendré.
La noche es mas oscura de lo normal. No hay luna. Ni siquiera los animales hacen ruido. El sonido de la brisa y el chasqueo de las hojas zumban en mis oídos. Seguía caminando, llegue a un altiplano, veo una carpa.
Una conversación. Me acerque un poco mas con toda la tranquilidad que me permitía la espesa neblina y la confusa oscuridad que me rodea. Repentinamente todo da vueltas en mi cabeza. Solo recuerdo las linternas que me cegaban.
Cuando volví en mi, estaba maniatado contra el suelo. Escucha que uno le decía al otro: ¡Mátalo! ¡Mátalo!. Pensé que era un gracioso comentario. Mas muerto no puedo estar. Que quieren conmigo, me preguntaba, al parecer solo es un robo.
Me levantaron y amarraron a un árbol, para mis adentros yo solo reía. Uno saco un cuchillo y me apuñalo, me deje caer al piso. Me arrastraron a un barranco.
¿Tu acaso piensas que estoy muerto? murmure entre dientes. Con la misma rapidez que pusieron cara de consternación, rompí las ataduras de las muñecas y clave mis dedos en la garganta del primero, levantándolo y lanzandolo al barranco.
Al otro no me fue difícil alcanzarlo mientras huía despavorido al mismo tiempo que caía en mis brazos, abrace su cuello, lo desnuque. Lo lance junto a su compañero al barranco.
Me fui de allí rápidamente, bajando hasta llegar a una autopista. Mi adrenalina era demasiada y la ansiedad me tenia desesperado. Me dolía la puñalada, pero la herida ya comenzaba a cerrarse. Espere un poco y me puse a pedir cola.
Un auto con vidrios oscuros se detuvo. Se abrió la puerta una mano me arrastro adentro. Una leve risa nasal me desconcertó. Era "Ella", me llevaba a casa...
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