Si eres veinteañero y en una semana loca de sexo desenfrenado entre desconocidos en un país extranjero ella se queda embarazada, salvo extrañas excepciones, lo más probable es que todo se desvanezca en un mal día de hospital, después de darle vueltas al tema (mucho o poco, según el caso). En cambio, si pasas de los cuarenta es más probable que, después de comerte la merienda antes del recreo (esto no cambia), decidas seguir adelante con el embarazo. Es ahora o nunca, pensarán muchos.
A Sharon y Rob les cae este "regalo" cuando menos se lo esperaban y, para rematar, deciden, como buenos y educados desconocidos, seguir juntos en el proceso hacia la paternidad.
Rob es un norteamericano que pasa por Londres por trabajo y acostumbra a tener su rollitos europeos. Sharon es una irlandesa, maestra en Londres, que se encuentra con el alto Rob, se gustan y se pasan una semana rompiendo el colchón.
El resultado, ya lo saben, es un bebe. Ambos han tenido un pasado (mucho pasado), buenas y malas experiencias, están llenos de sentido del humor, de un humor que encaja como un guante en la historia.
Hay química, atracción, buenos diálogos y un interés / terror común por tener a ese bebé. Podría funcionar. Claro que también podría ser una catástrofe...
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