Este proyecto nació por una mujer y se ha mantenido en el tiempo por el bendito milagro de seguir conociendo a otras. Así que dedico este blog a la creación más bella. Las mujeres. Por ustedes el arte, la música, las guerras, las penas, las glorias... "Y el cómic"

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3 dic 2015

Voz estéreo

Jhonny Bravo cumple 15 años en una semana. Del barrio de donde viene se supone que es una edad suficiente para saber que es lo que buscas en la vida. Eso no le importaba mucho. Su madre se lo advirtió, "prefiero un hijo menos que un marico de mas".


Ya todos por su casa lo sospechaban, si es que ya lo sabían. Era el comentario entre los malandros, de ahí la miradera. El Tuque no solo le daba golpes para enseñarlo, también lo trataba como gente. Jhonny pensaba que lo quería como a un hijo, por eso se dejaba tocar, que lo sentara en sus piernas. La metedera de mano y lo del perico.

Siempre que El Tuque andaba solo lo buscaba. A Jhonny no le gustaba, se lo metía en la boca. Pero su mujer no era gafa, lo sospechaba. Un día llego al rancho calladita y los encontró en la cama. Jhonny hubiera preferido que le diera de golpes y no que lo botara de la casa. Sentía las miradas del barrio entero.

Una vez la abuela de Jhonny vino y se llevo a su hermana, la mas pequeñita, Jhonny quería largarse pero ni sabia donde vivía su abuela. Camino ese día por toda la ciudad sin tener la menor idea de lo que iba a hacer. Hambre, cansancio, vergüenza y rabia le llenaban el alma.

Se hizo de noche. Se sentó en una placita. Pensaba en su madre, lo triste que estaría. Pensaba en gente buena y mala. Jhonny quería volver al barrio, allá todo le era conocido. No se decidía entre pedir cola o tomar un carrito por puesto.

Un tipo gordo en un auto lujoso de vidrios oscuros, después de unas vueltas, le ofreció la cola. Sin saber que esperar, Jhonny se monto. Era mejor que estar como un tonto ahí sentado en la placita.

Después de intercambiar miradas furtivas en el carro, un penoso silencio y varias vueltas, el gordo decidió bajarse el cierre, se puso un condón y agarro a Jhonny por la cabeza, con un gesto le insinuó el resto de lo que debía hacer.

Jhonny lo hizo, sentía asco pero no tenia elección. De pronto, muy dentro de su ser, Jhonny sintió el afecto y la comprensión de aquel desconocido. El gordo satisfecho le dio mil bolívares. Lo dejo en la misma placita.

Jhonny, con miedo y un sentimiento de algo que no fue, se quedo en la placita. Esperaba al próximo...

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