Es de noche, ocasión perfecta para hacer travesuras. Mavis piensa que no tiene por que preocuparse, sin embargo hoy todo sera diferente. Busca encarnar algo diferente, desde su sexualidad hasta su personalidad. Recorto su cabello, la ropa que usa disimula sus curvas, zapatos una talla mas grande sin tacón alto. Comportamiento y tono de voz alterado. Mavis se ha adueñado de su masculinidad.
Mavis llega a su destino, el burdel mas caro de la ciudad, entra como un cliente mas. Porte y apariencia reflejan clase y dinero, requisito indispensable para formar parte de este mundo de excesos y derroches. Mavis, adentro, se sumerge en el ambiente. Se dirige a la barra.
Observa todo. la pista, los cómodos sillones, un oscuro pasillo que promete las posibilidades disponibles para el entretenimiento. Hay gentes de todas clases, edades y de ambos sexos. Todos son hermosos y ofrecen una amplia gama para el disfrute. Mavis, sin apuro, se acerca y escoge una y uno como parejas, no mayores de 17 años, rasgos exóticos, entran al cubículo reservado. Amplio y bastante elegante.
Mavis se recuesta en la cabecera de la cama, les ordena que se desvistan el uno al otro. Mavis saborea con anticipación a sus deliciosos bocados mientras los mira desnudarse. Piel sudorosa, incertidumbre, deseo y excitación. La ansiedad se despierta. Cada uno sube a cada lado de Mavis y le ofrecen ligeros besos en la cara, en la boca, en el cuello. Cada vez todo se torna mas apasionado.
Lentamente Mavis es liberada de su atuendo, besa a uno y a otro por vez. Indistintamente. Mavis con sus manos recorre esos cuerpos, deteniéndose en los lugares indicados. Entre un jadeo y otro, A Mavis le aumenta su necesidad con mas fuerza. Primero una ligera probada en la parte interna del muslo de ella, luego un poco en los glúteos de él.
Así, entre mordidas y orgasmos, Mavis absorbe la sangre de ellos hasta dejarlos inertes...
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