Este proyecto nació por una mujer y se ha mantenido en el tiempo por el bendito milagro de seguir conociendo a otras. Así que dedico este blog a la creación más bella. Las mujeres. Por ustedes el arte, la música, las guerras, las penas, las glorias... "Y el cómic"

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17 jun 2015

¡No te estrujes los ojos!


Hay quienes afirman con nostalgia que las “comiquitas de antes” eran la suma del pundonor...

Popeye, fue el colmo de la doble moral, un fumador compulsivo que ni para masticar la nutritiva espinaca se sacaba la pipa de la boca. La continua represión ejercida por el oficial Matute contra Don Gato y sus pandilla era una muestra indignante de brutalidad policíaca. La obsesión de la Gata Loca por Ignacio reflejó la suma de los síntomas del acoso sexual moderno.

También en otra época, proliferó la paternidad irresponsable. El caso más bochornoso fue el padre de Marco, quien negligentemente dejó que su hijo de 12 años se embarcara solo en una travesía a otro hemisferio en busca de la madre, luego de que ella lo abandonara por ir tras el vil metal.

Lo más depravado de las caricaturas de antes, fueron las incidencias "románticas" de Candy Candy, muchacha por cuyo devaneo amoroso suspiraron las niñas de hace un par de décadas, y de quien los muchachos solíamos burlarnos mientras comentábamos públicamente las hazañas de Mazinger Z o Fantasmagórico.

Latinoamérica no se distingue por la producción de dibujos animados de éxito masivo, pero el espacio más popular destinado por estos lares a la chiquillería era El Chavo del Ocho. Entraña secretos inquietantes ¿O alguien sabe qué hizo y sigue haciendo Doña Florinda cuando recibe en casa al profesor Jirafales y cierra la puerta sin dejarse ver por un buen rato?.

El destape de las heroínas de los dibujos animados es signo de franqueza y, de paso, un estímulo para el encuentro familiar. Nunca como ahora padre e hijo comparten, sin pestañear, tardes enteras frente a la tele hasta que llega el cansancio y acuerdan el paréntesis de una partida de videojuego. 

Pero no de aquella pelotica que rebotaba de un muro a otro con predecible cadencia, nada de eso, sino excitantes aventuras de Lara Croft y su bermudita bien apretada, o caricaturas japonesas para que salten a la vista mujeronas cuyas minifaldas revelan picones fuera de su órbita, muslos como perniles y pechos que hacen lucir mal a nuestras mujeres...

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