La majestuosidad embriagaba los sentidos. Aquel sueño tenia el efecto de un mantra en inducir a un estado de ensimismamiento.
La imaginación se desboca, estoy sumergido, fresco, puro, aliviado el impacto. Salgo a la superficie para que el aire me toque helandome.
Entro en un sopor resistiéndome a caer mas profundo. La idea me hace transitar hacia la vigilia, el crepúsculo, los ojos se me cierran.
Emerge de lo profundo y asciende. Ahora el viento es cálido, casi lo incorporo al sueño, se amalgaman los colores ondulantes, me acarician, me envuelven, me arropan, me despiertan.
El vértice sumergido, angulo de margen que serpentean en el ambiente amoroso y universal...
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