
¿Merece compasión? No hay nada tan trágico como ser un servidor publico, paño de lagrimas ajenas cuando los ojos propios reprimen las ganas de llorar. Aunque nada de esto es cierto para Hellgirl, ella jamas llora ni tiene ganas de hacerlo. Le gusta lo sentimental para cerrar sus capítulos del cómic con un suspiro del lector...