Homero, herido de muerte, cavila en sus últimos momentos antes de sentarse a la diestra del todo poderoso. Aunque lo pienso, no me siento tan aliviado como pensaba. Me olvido del pasado y entonces se me viene a la cabeza igual de malo o peor...
Me olvido y dejo de preguntarme sobre lo que hice o deje de hacer. Dejo de preguntarme por que no tuve mas cuidado. Dejo de preguntarme por hice oídos sordos a la ultima advertencia, la ultima de todas.
Dejo que se escape el pasado y el pasado se va y viene a sustituirlo la hora siguiente. Ya no digo nada. ¿Que mas podría decir?.
La hora siguiente. Ocupa el lugar que ha dejado el pasado. La hora siguiente no pesa, esta vacía, no tiene documentos ni nombres ni direcciones ni números de teléfono. Solo espera.
Y yo, yo ya se que en la hora siguiente no voy a hacer lo que tengo que hacer. Tengo que poner fin a esta hora. Poniéndole fin, estampare mi firma en el fracaso.
Y se que no lo voy a hacer. Soy incapaz de acabar con nada en el transcurso de la hora siguiente. Eso es lo peor. El fracaso desaparece igual que desapareció el pasado, sin firmar.
Me quedo vació, sin nada. El reloj me dice que a pasado una hora. La siguiente es otra mas de esperar. Y yo no tengo nada...
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