Esta madrugada algo muy extraño paso. Un ruido fuerte e inesperado me sorprendió al llegar a la casa. En el medio de la sala, la mesita de vidrio, estaba hecha pedazos.
Mire a mi alrededor para estar seguro de que no había ningún peligro. Camine con cautela y a través de la ventana mire el mundo exterior. La calle, los edificios, los transeúntes. Nada. Todo en su lugar. Nadie vigilaba.
Recogí la piedra que rompió la mesita de cristal. Descubrí que tenia unas palabras escritas. La letra no era muy legible. Una frase corta pero significativa. Todo esto comenzaba a causarme una ligera molestia.
Fui a mi cuarto, cerré la puerta y me acosté. La oscuridad de la habitación me protegía, me aislaba del resto del mundo. Ya mis ojos estaban cerrados, mi cuerpo ya casi inerte. Era el momento de sumergirme en la penumbra que me rodeaba. Mis sueños, nunca puedo recordarlos al despertarme.
Sentí una mano. Intente despertarme pero ya era demasiado tarde. Mi mente era una gran neblina. Había otro cuerpo junto a mi. Estaba desnudo. Unos labios carnosos rosaron los míos. Mis instintos de supervivencia estaban aletargados.
Sin embargo, algo me hacia sentirme a salvo. En mi piel florecían una mezcla de cosas nunca antes sentidas. Me parece redundante entrar en detalles de lo que sucedió a continuación.
Al día siguiente me mude de apartamento, no me quedaba mas opción. Aproveche para poner sistemas de seguridad.
Entre la piedra que entro por mi ventana y rompió mi mesita, y la seductora mujer que me atrapo en sus brazos la noche anterior. Ya son demasiadas personas que saben donde vivo.
Y quien soy para mi tranquilidad!!...
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