Después de su primer parto, ella sufrió una terrible depresión. Yo se lo que hace falta, le dijo su mejor amiga. Tienes que ir con tu esposo a un SPA y que la enfermera se encargue del bebe.
Al principio ella pensó que ni de broma. Pero al rato llamo a su esposo para ver que opinaba, él estaba harto de la depresión de su esposa y del llanto del niño. Le pareció perfecto, le dijo que se encargaría de todo. Ella quedo convencida.
La mañana que les tocaba salir, la enfermera no llegaba y ya estaban a punto de perder el vuelo. En eso sonó el teléfono, la enfermera todavía estaba en la parada de autobuses.
Al esposo se le ocurrió que salieran de inmediato, ¿que importaba que el bebé se quedara solo unos minutos?. Ella grito que no, pero su esposo la metió a la fuerza en el carro.
Lloro todo el viaje. Sobre todo cuando se dio cuenta que habían olvidado sus celulares. Ella no paraba de llorar. Así que tomaron un avión de regreso.
Al abrir la puerta de la casa, notaron un fuerte olor a vomito. La enfermera no estaba por ningún lado. Cuando se asomaron a la cuna, lo que vieron fue al niño muerto, ahogado en el vomito del ultimo tetero.
Más tarde se enteraron que la enfermera nunca llego porque el autobús donde venia tuvo un accidente. La enfermera estaba en el hospital...
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