Darth Vader se despierta como si supiera que algo va a pasar. Está en guardia, a la espera, la fuerza le acompaña. Camina rápido por los pasillos de la Estrella de la Muerte, se cuida de que nadie note su presencia.
Se aleja de la luz. Cada tanto se detiene y escucha cuidadosamente para asegurarse que nadie lo sigue.
Ha llegado. No es gran cosa. Está bien para esperar. Sabe que vendrá, está tan ansioso como él. Por supuesto, los propósitos de ambos son distintos, la ocasión lo exige así.
La primera vez que se vieron, Darth Vader supo que sería su victima. Siempre piensan que por ser familia eso les proporcionara felicidad. ¡Que falsedad!
Darth Vader piensa, a este ejemplar lo quiero desde el momento que percibí su lado oscuro. Justo entonces supo que si no lo tenia, no podía ser de nadie más. Ha dejado de ser un asunto familiar.
Todo viene con pasión, deseo y la posibilidad de experimentar algo único que jamas se repetirá. Él sabe que le espero. Se miran, se acerca suavemente. Darth Vader sonríe.
Darth Vader conoce todos los matices de su olor y el horror ante lo que sucederá. Usa el lado oscuro para dominar sus sentidos. A él, su corazón comienza a latirle muy rápido. Le duele el pecho.
Él esta sudando demasiado. Cree que con eso Darth Vader se mantendrá alejado. Hace todo lo posible por no apresurarse. Ya no se puede contener.
A él las pupilas se le dilatan de placer al encender la espada de luz. Aspira profundamente inhalando cada sensación que le invade.
Un gran destello invade el salón, el primer contacto de las espadas, miden fuerzas. Darth Vader cae sobre el cuello de él. Lo aprieta, se eriza y susurra palabras al oído de él, hijo.
Finalmente una espada de luz atraviesa la barrera que los mantenía alejados. la sangre comienza a manar.
De pronto ya no hay vida...
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