Estoy sorprendido y decepcionado. Oír decir que un Best sellers es un libro de máxima categoría, Pero tal como su mismo nombre indica, es solamente uno de los libros mejor vendidos, y nada más.
No tiene nada que ver con la calidad. Para que nadie se llame a engaño, cuando hablamos de best seller hablamos de libros prefabricados que cumplen todos los requisitos para convertirse en un éxito de ventas y es imposible reconocer ningún rasgo de personalidad en ellos.
Son libros simplones, la mayoría, que solo son producto de poderosas estrategias de marketing y publicidad. Libros sencillos para todos los públicos, donde se narra lo que se quiere leer, lo que el público busca, con argumentos obvios y previsibles.
El lenguaje es sencillo y cotidiano y no supone ningún esfuerzo entenderlo. Los escritores (y autores) son populares y masivos cuya cuenta bancaria aumenta de peso con cada nuevo título, dándole a sus lectores sólo lo que ellos esperan, y no más.
Por mucho que busquen parecerse a una novela, el best seller no es una prolongación del género cultivado por Cervantes, Tolstoi o Proust. Ni siquiera es propiamente una adaptación del folletín, el ejemplo más clásico de mala novela.
El best seller es fundamentalmente un producto más de la moda, un producto equivalente a una superproducción cinematográfica, a un ritmo musical, a un perfume, y hasta a un modelo de auto.
Desde aquí mi crítica a esos libros que se adaptan a la demanda masiva y la mediocridad literaria...
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