Es una película muy curiosa y sorprendente, pues parte de una idea típica del cine fantástico, como es el que dos personas reales se vean introducidas en una antigua serie de televisión.
Pero esto es simplemente una excusa; lo interesante es ver como lo que era un mundo feliz, falso e irreal, típico exponente del conservadurismo USA, se verá alterado por la llegada de los dos extraños, que van a dotar de humanidad a los personajes y a introducir un elemento tabú e inexistente en la serie: el sexo.
No quiero desvelar más de la trama, pero sí resaltar la original manera en la que se nos va a mostrar como evolucionan estos acartonados habitantes de Pleasantville hasta adquirir características de personas de carne y hueso.
Destaco además a una excelente Joan Allen y una secuencia en la que la hija venida del "más allá" le enseña a entretenerse ella sola...
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