Este proyecto nació por una mujer y se ha mantenido en el tiempo por el bendito milagro de seguir conociendo a otras. Así que dedico estas letras a la creación más bella. Las mujeres. Por ustedes el arte, la música, las guerras, las penas, las glorias, el amor, el erotismo... "Y el cómic"

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23 abr 2016

Un gato en paris

En Europa se produce mucho cine animado. Un cine cuya reivindicación es clave no sólo para favorecer la polifonía de creadores europeos dedicados a la animación, algo muy necesario ante la mastodóntica maquinaria de Hollywood, sino también para formar a esos pequeños espectadores que dentro de unos años pueden ser los continuadores de una cinefilia selectiva y reflexiva. 

Hay que defender un cine más artesanal que esquiva su falta de medios con altas cuotas de ingenio. No debemos domesticar ni aburguesar la mirada y mente cinéfila de nuestros pequeños: de ahí la importancia de nombres como Un gato en París.


Dino es un gato que lleva una doble vida. De día vive con Zoé, la única hija de Jeanne, una comisaria de policía. 

De noche, en cambio, se pasea por los tejados de París con Nico, un avezado ladrón. Jeanne no puede más: no sólo tiene que perseguir al intrépido compañero de Dino, autor de varios robos de joyas, sino que además debe vigilar el Coloso de Nairobi, una gigantesca estatua codiciada por Víctor Costa, el culpable de la muerte de un policía, marido de Jeanne y padre de Zoé, encerrada desde entonces en un mutismo total. 

Los sucesos se precipitan la noche en que Zoé sorprende a Costa y su banda. Se inicia entonces una persecución hasta los tejados de la catedral de Nôtre-Dame.

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