Cerrados los bingos. En su momento levanto una cadena de cuestionamientos morales, éticas vecinales y conservadurismos formales en torno al esparcimiento a través del juego.
No obstante, el país del azar y el juego, se mantiene en pie gracias a raspaitos, bares de vende paga, lotos, premios, concursos, 5 y 6, ruedas de la fortuna y kinos.
Jugar o no jugar sera un dilema...
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