Sospecho que para las Princesas Disney comprar zapatos es un simulacro de recuperación de la virginidad. He ahí el peligro y el misterio.
Nadie sabe en qué piensan estas niñas cuando se prueba uno. Podremos suponer que pretende estrenarlo durante el final de sus historias, pero hay damas convencidas de que un calzado magnífico luce hasta cuando se lleva en la mano para no despertar a nadie mientras huyen de casa a medianoche, sigilosamente.
Así que, señor príncipe azul, avíspese ante una mujer con zapato nuevo. No camina de la misma manera, habla y sonríe diferente, recorre con otra firmeza el camino. Como si pisara el mundo por primera vez...