Los estudios menos oficiales y mas anárquicos realizados alguna vez, establecen una de las pocas cosas comunes, el caos total.
Desorden es idiosincrasia y no hay norma que pueda detener este relajo. Después de las huelgas, paros y protestas, el desorden es la mejor medida.
Desorden es idiosincrasia y no hay norma que pueda detener este relajo. Después de las huelgas, paros y protestas, el desorden es la mejor medida.
Si hay una fila en orden para entrar a un lugar, el instinto básico es no aguardar con paciencia para facilitar el procedimiento, es inútil.
Lo ideal es colearse y formar el relajo. Desde el mismo momento en que uno se levanta comenzamos a desintegrar el orden a nuestro alrededor.
Las leyes, procedimientos y normas están allí. Es trabajo perdido. Al final de todo, es común preferir las cosas en el estilo propio y efectivo del desorden.
Lo ideal es colearse y formar el relajo. Desde el mismo momento en que uno se levanta comenzamos a desintegrar el orden a nuestro alrededor.
Las leyes, procedimientos y normas están allí. Es trabajo perdido. Al final de todo, es común preferir las cosas en el estilo propio y efectivo del desorden.
Pero no todo es tan malo, es solo pura y simple evolución. El ser humano ha tenido que adaptarse en los últimos tiempos a un entorno hostil. Vivimos en el caos total...