Winston Churchill, publica un articulo en la prensa inglesa. Tenia un enemigo diferente ahora, su enemigo no se encontraba en la Alemania vencida, era la siniestra Confederación del Judaísmo Internacional.
Este, no es un movimiento judío nuevo, es una conspiración mundial para el derrocamiento de la civilización y la reconstitución de la sociedad basándose en la atrofia, la malevolencia envidiosa y en la igualdad imposible.
Todos los judíos leales, deberían reivindicar el honor del nombre y hombre judío rechazando el bolchevismo internacional.