Cecilia (Mia Farrow, quien en ese entonces era pareja sentimental de Allen) es una camarera a quien le gusta ir al cine local. Su esposo (Danny Aiello) es violento y abusivo, siempre preocupado por el dinero. Un día, en el cine, en una función a la que asistía Cecilia, el personaje interpretado por su actor favorito (Jeff Daniels) se sale de la pantalla para tener un romance con ella.
Técnicamente impecable y con un guion notable, Woody Allen construye una fábula romántica llena de contraste y elegancia visual (utilizando, además, el color y el blanco y negro según la secuencia). Allen pone mucho énfasis en mostrar el mundo desolado y pobre de la Gran Depresión, pero también la magia del cine en épocas adversas. Es, además, una melancólica parábola sobre la imposibilidad de alcanzar los sueños.
La Rosa Púrpura del Cairo es una de las más finas comedias de Woody Allen, aunque no contenga el tono satírico de sus comedias tempranas. Fue, además, nominada a un Óscar por su guion y ganó dos Premios BAFTA por mejor película y mejor guion, y un Globo de Oro a mejor guion.