Virtual-Sex

Betty boop sufría mucho. Se volvía loca. No sabe que hacer. Lo que mas le gusta es el sexo. Aborrecía los fluidos corporales, sudor, saliva, cualquier secreción corporal. Lo único que le quedaba era la autosatisfacción, pero ya estaba harta de tocarse.

Descubrió que sus penas si tenían remedio. Un día cualquiera, revisando una pagina porno en internet, vio el anuncio del producto que resolvería su dilema. Un traje de látex moldeado al cuerpo, sensores y dispositivos electrónicos ubicados de forma estratégica. Según la publicidad, el traje conectado a la computadora, podía simular un encuentro sexual con algún compañero/a a través de la misma pagina.

Betty boop ni se lo pensó. Compro el traje inmediatamente. Apenas le llego la caja, la abrió con desesperación. Se puso el traje y se conecto. En la pantalla apareció su primer amante virtual con un traje igual al de ella. Intercambiaron breves diálogos por el ICQ y procedieron de una vez.

Al principio se sintió raro, pero después le agarro el paso a la cuestión. Cuando Betty boop se tocaba en el traje, su compañero sentía sus manos sobre su misma piel. Betty boop también podía sentir como la acariciaban. Era perfecto. Por fin tiene sexo seguro, distante y sobre todo limpio.

A partir de ese momento, como era de esperarse, Betty boop se dedico con furia a su nuevo descubrimiento. En apenas dos semanas, ya tenia unos 25 amantes virtuales. No hacia otra cosa. Dejo el trabajo, no comía ni miraba televisión y mas nunca salio de su casa.

Un día, de tanto usar el traje, los dispositivos se recalentaron produciendole quemaduras de tercer grado en sus partes mas sensibles antes de que se lo quitara.

Betty boop quedo desfigurada y mas nunca volvió a sentir nada...