Nuestros superhéroes, dada la competencia que ejerce el régimen, decidió formar su propio "Colectivo" y ofrecer sus servicios a las asociaciones de vecinos que ya no confiaban ni en las empresas privadas de seguridad y menos en los agentes del orden publico.
En menos de un mes, el Colectivo La Justicia, había reclutado muchos vecinos en varias urbanizaciones del este. Los tenían fuertemente armados, se crearon turnos de vigilancia. Procedían según un esquema muy sencillo, los crímenes menores se castigaban con una molienda a palos y los actos de mayor criminalidad, la muerte.
Como es de esperarse, las zonas protegidas pasaron rápidamente a ser las mas tranquilas.Pero el Colectivo La Justicia hubo de ser disuelto por culpa de un oscuro incidente.
Se dice que una noche oscura sin luna, la autodefensa justiciera realizaba su acostumbrada ronda por el mirador de la cota mil. Se escucharon unos gritos, vieron a una mujer que estaba siendo violada. La sentencia era obvia.
Bajo la atenta mirada de nuestros superhéroes, un miembro del colectivo se acerco sigilosamente por detrás del hombre, quito el seguro del arma, apunto a la nuca y le voló la cabeza sin mediar palabra.
Resulta que no había ni violador ni viola, eran una pareja, él abogado y ella directora de un colegio privado. A ambos les gustaba realizar la fantasía de la violación.
Desde entonces, el hampa contenida, volvió a las urbanizaciones con mas fuerza que antes para descobrarselas...