Los venezolanos, aunque es difícil localizar el momento exacto de nuestra transformación. Con cada día que pasa, el país se vuelve más una nación metamorfoseada. Los habitantes comen lo poco que se encuentra, escapando siempre entre escondites y refugios en un ambiente hostil, donde a todas horas amenaza el hampa, la corrupción y la censura.
La mente venezolana también se encuentra transformada. A través de estos años, los venezolanos, por necesidad, hemos desarrollado un carapacho mental para protegernos de las cataratas de insultos, intimidaciones y mentiras gracias a la arraigada costumbre popular de divulgar cada módico punto de información, con una interminable perorata.
También hemos brotado antenas cerebrales, con lo cual identificar y devorar las raras migas de relevancia dentro de suntuosos banquetes de paja, escusas y ruido politiquero.
También hemos brotado antenas cerebrales, con lo cual identificar y devorar las raras migas de relevancia dentro de suntuosos banquetes de paja, escusas y ruido politiquero.
Me pregunto si las características adquiridas a lo largo de esta metamorfosis del venezolano, hoy en día nos estén haciendo más daño que bien, la fortaleza con la cual el venezolano se ríe de sus desgracias cotidianas, el carapacho contra el ruido político, las antenas para encontrar oportunidades en el caos que nos rodea, las alas para poder huir.
A través de sus instintos, el venezolano a lo mejor puede existir en sus adversas circunstancias, pero para prosperar tarde o temprano tendrá que cambiarlas.
Cuando el venezolano se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido nuevamente en un ser humano democrático.
Así comenzará la historia de Venezuela...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, regresa nuevamente, saludos...