Daban las dos cuando despertó. Todo era muy bueno, muchos años sin una verdadera cama. La sensación era nueva para no perturbar su sueño. Abrió los ojos, miro la oscuridad a su alrededor, volvió a cerrarlos para dormir de nuevo.
Situaciones diversas agitan el animo, muchas cosas preocupan el espíritu. No vuelve a dormir de nuevo. El sueño viene con mas facilidad que vuelve. Se puso a pensar todas las ideas que tiene el espíritu. Están turbadas, hay un oscuro vaivén en el cerebro.
Los recuerdos anteriores y los inmediatos en su cabeza se cruzan confusos, creciendo y desapareciendo. Muchos pensamientos lo acosan, pero hay uno que lo perseguía continuamente y expulsaba a los demás. Lo obsesionaba, estaba allí, a pocos pasos en su mente.
Dieron las tres. Abrió los ojos, se incorporo bruscamente en la cama, luego dejo caer sus piernas puso los pies en el suelo y casi sin saber como se encontró sentado en la cama. Quedo pensativo en aquella posición, sentía un gran peso sobre él. Con una obstinación propia del delirio veía la imagen de un muerto al que no podía identificar.
Las cuatro. Se puso en pie, dudo un momento y escucho, todo estaba en silencio en la casa. Miro a su alrededor, volvió a la cama, busco bajo el colchón y tomo el objeto que escondía con la mano derecha, conteniendo el aliento y andando en silencio se dirigió a la puerta de la habitación contigua.
Escucho, ningún ruido. Empujo la puerta, no estaba cerrada y esta cedió bajo la presión y se abrió en silencio. La abertura era suficientemente grande como para permitirle pasar. Se estremeció. Se detuvo temblando, azorado, escuchaba latir sus arterias en sus cienes. Por un momento se creyó perdido.
La habitación estaba en calma absoluta. Solo veía rincones tenebrosos y sombras que danzaban. Avanzo con precaución evitando tropezar. Al fondo, la respiración pausada y tranquila se escuchaba nítidamente. Se detuvo, estaba cerca de la cama. Llego antes de lo que esperaba.
Levanto su mano derechas a la altura de su cabeza. El objeto que tenia lo dirigió hacia el cuerpo dormido. Repetidamente asesto golpes con una fuerza descontrolada. Brotaban chorros de sangre. manchando las sombras reinantes.
Todo ha terminado, ahora sabia de quien era el cadáver de sus sueños. Rene había matado a martillazos a Gonzo...
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