
Después de Pearl Harbor, la gente en la costa oeste de Estados Unidos vivía en constante miedo por otro ataque japonés sorpresivo. Tanto era el miedo que, en 1942, un simple globo meteorológico inició un repentino caos en Los Ángeles. Muchas personas vieron esto como un verdadero ataque, y el fuego anti-áreo pronto llenó la oscuridad de la noche, lo que continuó unas cuantas noches más...