Ella relaja la rodilla y el muslo de la pierna que tenia entre las de el y baja suavemente la barbilla, de modo que sus orejas van hacia adelante...
Se suelta de los peldaños de su espalda, mientras que el, agarrándola firmemente por las caderas, da un paso atrás.
Luego se sonríen como dos barras de pan que acaban de salir del mismo horno. El comienza a descolgarse la mochila que lleva a la espalda y ella le abrocha con sus dedos de uñas color de mora la nuca, un largo y sonoro beso estrepitoso....
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