Como ya viene rodando por ahí el día de las madres, el gobierno ni corto ni perezoso, aprovecha la oportunidad para lanzar esta novedosa misión paralela a la de vivienda...
La idea es del Sr. Trucutu, quien recientemente a pasado a formar parte del equipo ministerial, y su primera acción es poner en marcha una idea que siempre ha tenido una vez abandono la caverna en la cual había vivido.
Cuenta el Sr. Trucutu, que de niño, cuando sus padres descubrieron el fuego y la obsidiana, se mudaron a una casita frente al mar, de madera, donde soplaba constantemente el viento del océano.
Pensaba que el mar estaba siempre acatarrado, por que jadeaba con mucha frecuencia, salvo cuando se quedaba como sin respiración, antes de soltar uno de sus grandes estornudos. El Sr. Ministro Trucutu pensaba que su casita se había ofendido de aquel océano que le estornudaba en la cara cada dos por tres y empezó a torcerse para quitarse del medio.
Los padres de Trucutu, para evitar que terminara derrumbándose la casita, le apuntalaron la orqueta de un árbol en un costado. Trucutu la miraba de lejos y pensaba que parecía un viejo borracho apoyado en una muleta.
La nueva misión se llevara a cabo en el litoral, La Guaira, y serán tal cual, casita frente al mar, torcidas con una muleta de costado....
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