Beto y Enrique han mimetizado la dureza y la porquería que nadie nota. Muy juntos, casi por casualidad, como suelen hacerlo los íntimos, observan la entrada de la plaza...
Sobre ninguno de los dos se puede suponer nada decisivo. Vienen todos los días. Su presencia parece accidental. Pero es una elección, una respuesta a un problema.
¿Por que vienen todos los días?. Venir aqui es una forma de responder, NO. No se van a deshacer de nosotros así como así...
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