Como consecuencia de los avances tecnológicos, las redes sociales y la presencia de cámaras de fotos prácticamente en todos los teléfonos móviles, los selfies están de ferviente actualidad. Tanto famosos como anónimos disfrutan de inmortalizar “ese momento” en diferentes situaciones de su vida cotidiana. El uso excesivo de esta moda puede provocar una predisposición a desarrollar un trastorno de ansiedad y depresión. Muchos expertos, nos advierten de la asociación entre narcisismo o baja autoestima y la obsesión por sacarse este tipo de fotografías.
Trastorno Dismórfico Corporal. Obsesión por los selfies. “Tomarse selfies no es una adicción, es un síntoma de TDC que implica estar constantemente pendiente de su apariencia. Los fans de los selfies pueden estar horas tomando instantáneas para no mostrar ningún defecto visible”
Los selfies son consecuencia de la cultura y el sistema socioeconómico en que vivimos. Hemos sido educados para consumir estética, ocio y espectáculo porque son elementos axiales de una sociedad que tiende a la enajenación de las personas y a la normativización de ciertos criterios sobre la belleza y la diversión.
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