Benito Mussolini (1883-1945), político italiano, jefe de gobierno y dictador (1922-1943), fundador del fascismo, llevó a Italia a su desastrosa intervención en la II Guerra Mundial junto al III Reich.
En el turbulento ambiente del Milán de la posguerra, Mussolini fundó los Fascios Italianos de Combate en marzo de 1919. Este movimiento de carácter nacionalista, antiliberal y antisocialista consiguió el apoyo de amplias capas de la sociedad al defender determinadas exigencias obreras, como la jornada laboral de ocho horas. Tomó su nombre de las fasces, un símbolo de la autoridad en la antigua Roma. Su actividad se extendió por las zonas rurales, donde los miembros de las paramilitares Milicias Voluntarias para la Seguridad Nacional, más conocidos como Camisas negras, conseguían el respaldo de los terratenientes mientras atacaban a las ligas de campesinos y a las asociaciones socialistas. En un alarde de oportunismo, el fascismo abandonó su talante republicano para ganarse la confianza no sólo de los grandes propietarios agrarios e industriales sino también del Ejército y de la propia monarquía.
El 7 de noviembre de 1921 fundó el Partido Nacional Fascista, que supuso de alguna manera la sustitución del programa social como elemento fundamental de su ideario político para poner en el centro de éste la oposición radical al socialismo y al sistema parlamentario. Tras su fracaso electoral de 1919, Mussolini se presentó candidato a las elecciones parlamentarias de 1921 y resultó elegido diputado.
El 29 de octubre de 1922, un día después de que los fascistas realizaran la denominada marcha sobre Roma, el rey Víctor Manuel III encargó a Mussolini la formación de un nuevo gobierno al nombrarle primer ministro (presidente del Consejo de Ministros). En 1925, el Duce (voz italiana que, en español, significa "jefe", y título adoptado por Mussolini hacia 1924) había transformado el país en un régimen totalitario de partido único basado en el poder del Gran Consejo Fascista (órgano creado en diciembre de 1922 pero institucionalizado seis años más tarde), respaldado por las Milicias Voluntarias para la Seguridad Nacional.
Mussolini adoptó una política exterior agresiva ya desde 1923, cuando envió sin éxito fuerzas militares para invadir la isla griega de Corfú. Años después contravino las recomendaciones de la Sociedad de Naciones e inició la conquista de Abisinia (en términos generales, la actual Etiopía) en octubre de 1935, ganándose así la aclamación de casi todos los sectores de la sociedad italiana, especialmente cuando sus tropas entraron en la capital de aquélla, Addis Abeba, el 5 de mayo del año siguiente.
El dictador culminó el colonialismo italiano, iniciado a finales del siglo XIX, mediante la instauración en mayo de 1936 del África Oriental Italiana, que significó la proclamación imperial del rey Víctor Manuel III. No obstante, la popularidad del Duce disminuyó cuando adoptó una serie de medidas, entre las que cabe destacar las siguientes: el envío de tropas para apoyar al general Francisco Franco durante la Guerra Civil española (1936-1939); la alianza con el dictador nacionalsocialista alemán Adolf Hitler mediante la formación en 1936 del Eje Roma-Berlín, que culminó con el denominado Pacto de Acero entre ambos estados, acordado en mayo de 1939; la promulgación de leyes contra los judíos y la invasión de Albania, que, llevada a cabo en abril de ese último año, supuso la entronización de Víctor Manuel III como rey de ese país.
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