Mucho antes de los patines roller boogie, skates parks y olimpiadas x trasmitidas al mundo entero, las fiestas patronales criollas son el escenario de actividades con más adrenalina que cualquier deporte extremo.
El imaginario popular nacional, le pone empeño para vendernos la pasión hacia la adrenalina, el vértigo, la nausea y el miedo. Nuestra honrosa idiosincrasia tiene en sus juegos un acervo de actividades extremas que nada tienen que envidiarle al mundo desarrollado.
Su naturaleza riesgosa, hacen que obligatoriamente se practiquen al aire libre, previa ingesta de ron, anís o cerveza.
Los educadores y la familia, se han tomado muy en serio la adecuada formación de los niños, adolescentes, hombres y mujeres, imponiendoles una visión propia del folklore en el nuevo milenio.
¡Viva el golpe tocuyano!...
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