Debo empezar diciendo que esta película es el esfuerzo más serio y honesto que he visto hasta el momento de llevar el cine Dominicano a otro nivel. Y lo más lamentable es que estoy seguro que será mínimo el publico que visitará las salas para ver esta película, que sin temor a equivocación desde ya tiene un sitial en la historia del cine Dominicano.
María tiene 18 años y acaba de perder a su madre en un trágico accidente. De repente se encuentra sola en el mundo, por lo que decide ir en busca de su padre, al que nunca conoció. Finalmente llega hasta él en una lejana plantación bananera.
El anciano vive en lo que parece ser una vieja casona medio derruida con la única compañía de Montifa, un chico de Haiti algo misterioso.
María no tiene más opción que quedarse a vivir en esta nueva realidad que acaba de conocer, descubriendo quién es su verdadero padre y afrontando la pérdida de su madre.
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