Archi es herido de gravedad por una bala que iba dirigida a su amigo gay Gorilon...
En la sala de terapia intensiva, Archi deliraba. Soy un poco medico y se como se acerca la ultima hora. Hace un rato tenia los pies fríos, ahora el frió me alcanza las rodillas. Siento como sube hasta la cintura. Cuando llegue al corazón me acabare.
Me quedan apenas tres horas. ¿Sera de noche?. Cada quien tiene sus manías, !que importa!. Morir es una cosa sencilla. No se necesita la mañana para eso, moriré de noche. Se enderezo un poco en la cama, con una solemnidad casi lúgubre y, con tanto vigor como un moribundo puede tener.
Se levanto a medias apoyándose sobre un codo, una mirada llena de todas las energías de la agonía invadió su rostro, fue casi una explosión. Empezaba a jadear, el estertor que se mezcla con los últimos alientos le entrecortaba la voz, si embargo tenia aun una perfecta lucidez de inteligencia en sus ojos.
Me muero, un temblor le sacudió, miro hacia el techo, el cielo. Una lagrima germino lentamente en aquella mirada. Cuando el parpado estuvo lleno, la lagrima resbalo a lo largo de su lívida mejilla. Moribundo ya con la vista perdida, entro en éxtasis, un estremecimiento como si viera a alguien. Sus ojos se cerraron.
Se veía agotado, el instante próximo a la muerte llegaba. Abrió los ojos, una gravedad sombreaba su semblante, acababa de expirar...
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