Toda familia o empresa alberga a un representante de este género de hablador, que...
...sin uno pedírselo, habla (o escribe) hasta por los codos sobre temas monstruosamente inútiles.
Si llegara a decretarse un día en su honor y los conocidos y familiares se vieran precisados a consentir a este monumento a la vagancia, recuerden que yo muero por las arepitas dulces con anís, el buñuelo con papelón y ando fallo de interiores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, regresa nuevamente, saludos...